Historias



En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta. NERUDA


Raúl: antes de entrar a la fundación yo limpiaba zapatos desde las 7:00 am. Hasta las 12:00 pm. Para darle dinero a mi madre para que cocine y no me sentía bien porque no podía estudiar y quería estudiar. Ahora que estoy en la Fundación yo estoy estudiando y voy a la escuela y voy a la sala de tareas, me siento bien porque tengo la oportunidad de estudiar y le doy gracias a Dios por compartir con mis compañeros de la Fundación y los voluntarios. En el taller de teatro he aprendido a actuar y hablar bien frente a los demás. Gracias a Dios y la Fundación porque me dan la oportunidad de mi vida, de estudiar y compartir, lo que no podía hacer antes.

Juan Antonio Cepeda: todo empezó cuando apenas tenía 12 años, andaba por las calles limpiando zapatos, pasaba mucha miseria a veces. Eran las tres de la tarde y yo aun no había comido, los limpiabotas más grande me daban cocotazos. Unos amigos me llevaron a la fundación pero yo seguí limpiando zapatos, ya no era lo mismo, tenía un desayuno seguro, una educación segura, en la fundación me están ayudando con lo que más me gusta que es la música, estoy en 1ro de bachiller y estoy aspirando a ser ingeniero Automotriz y cantante. Esta es mi historia gracias por su ayuda.

Freddy Soto: soy de la FNL y quiero compartir la historia de mi vida. Desde que tenía 8 años andaba limpiando botas por las calles sin esperanza de que nadie me ayudara, tenía ya los brazos cansados y la barriga hambrienta hasta que un día cuando pasaba limpiando botas por las calles de las palmas cerca de una iglesia un señor me llamo y me dijo que entrara. Desde ese día este señor llamado Fray Tomas me ha estado ayudando hasta entonces y ya no limpio gracias a él.

Ramón Antonio: cuando no estaba en la Fundación mi vida era al de un limpiabotas, andando en las calles limpiando zapatos para ayudar a mi mama. Cuando entre a la FNL cambio mi vida ya que soy mejor persona, juego cuando tengo que jugar, hago todas mis tareas y ya estoy en la escuela. Gracias a Dios y a la Fundación por la ayuda que me dan.